CAÑAL EN FLOR


—Es rosa—sugirió ella refiriendose a mi alma.
—Como si eso fuera posible saberlo—refuté.
—Por tu forma de ser, es seguro que tu color es Rosa suave, como el cañal en flor—comparó.
—Eso no lo sé; es una de las cosas que probablemente nunca llegue a saber.—llené mis pulmones de aire y exhalé lentamente.

—Rosa suave, como el cañal en flor.—mascullé.

Tenía apenas dos años quizá cuando en nuestros acostumbrados viajes a la capital cada fin de semana, él solía pararse sobre mis piernas cuando dentro de su rango visual aparecía el rosa suave de las flores de caña.
Todo el tramo de carretera allá por el desvío al Cerro Verde es cubierto por cañales en flor en alguna  temporada del año; y esos días, aquellas flores rosa suave eran fielmente apreciados por los ojos de un infante.
Hubiera dado todo por saber lo que pensaba. Sus ojos abiertos a tope observaban el cañal hasta donde su vista y la velocidad del automotor le permitía. Después de ello volvía a  sentarse  en silencio y recostaba su cabecita en mi pecho.
Si le preguntara hoy en día a aquel niño, ahora joven adulto probablemente no recuerde porqué lo hacía, probablemente no sepa darme una respuesta y eso será algo que tampoco yo llegue a saber jamás.

Sin embargo, he llegado a la conclusión que mi alma probablemente sea rosa suave.
Él fue el primero en escuchar los latidos de mi corazón desde mi interior y probablemente haya visto mi alma.
Quizá el no lo sepa, pero aún hoy en día cuando pasamos ese tramo y el cañal está en flor, de manera inconsciente él sigue observando tal sutil belleza, en silencio hasta donde sus ojos se lo permiten.
Y yo, en silencio le sigo observando hacerlo y soy incapaz de interrumpir tal momento.
Talvez es algo que nunca llegue a comprender, pero me llena el alma cuando al terminar de observar el cañal, ahora sea yo quien apoye mi cabeza en su hombro para que me envuelva en un tierno abrazo y en silencio, sigamos disfrutando de cosas sin importancia, pero que al parecer son trascendentales en nuestra existencia.

Para mi hijo Fernando, 
Hoy vi el cañal en flor y te pensé.




Escrito por JC Ávalos

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