El color del Ocaso

 Naranja. No la fruta, ni el color en si; más bien un cielo infinito con rayos de sol naranja.

El sol naranja de un atardecer de un dia cualquiera durante los años ochenta.

Un naranja intrínseco de aquellos días de verano, donde el calor era aceptable y el tiempo tortuosamente corría lento.

En un campo abierto, donde la maleza yacía casi muerta por la escaséz de lluvia y su languidez coincidía con la gama cromática de aquella escena grabada en la memoria de los recuerdos remembrados cuatro décadas después.

El campo abierto que permite captar aquellos rayos de sol filtrados a traves de enormes nubes que perdieron blancura ante el imponente sol naranja que aún a pocas horas del ocaso, muestra su poderío y magestuosidas pincelando el cielo completo de un magnífico color naranja, dispuesto a transmitir calidez con tenues caricias que pretenden anunciar la llegada de la noche.

Y al rendirse ante aquellas caricias y cerrar de ojos, el ocaso llega matizando el cielo con otra paleta de colores como si el sol naranja y la luna azul disputaran el cielo marcando su presencia con sus respectivos colores.

No cierres los ojos, aprecia el momento. La vida es un instante y la magia de la vida ocurre ante nosotros cada segundo.

Aprecia el ocaso y deja que el sol naranja te acaricie mientras la Luna asoma sonriendo al sentirse apreciada por tu mirada entre loa colores del ocaso






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